Hoy domingo, 8 y poco de la mañana. El
desayuno como todos los días, un poco
diferente, preparado con tiempo.
Ayer, a última hora de la tarde una preparación
suave. Cortar unas ramitas de albahaca cultivada en casa. En un plato hondo una buena porción de
buen aceite de oliva, trocitos de jamón, las hojas pequeñas de la albahaca
cortaditas, un buen tomate rallado encima, otro poquito de aceite, Hojas
grandes de la albahaca formando la superficie.
Se deja reposar en la nevera hasta el día siguiente.
Se saca por la mañana, dejándolo atemperar,
posteriormente se parte el bocadillo y se pone en su interior, Se degusta con algún
traguito de cerveza (es domingo).
Las hojas grandes se reservan para el
final y se comen.
Acompañado al final de un té negro
tipo Ceilán (en esta ocasión)
En ocasiones los detalles sin importancia (aparente) son los más agradables y no es nada difícil.
Solo hay que vivirlo conscientemente.