jueves, 27 de agosto de 2020

ÉPOCA OSCURA

 Primer semestre 2020

A mediados de Julio,  pensé hacer un resumen de este tiempo, incluyendo parte de las cosas que me han afectado, algunas, es sabido, que negativas y otras muy positivas.

Por enero uno de mis grandes temores, entrar por primera vez en quirófano, para una operación rutinaria, según dicen, y de paso eliminar unos quistes producidos por pelos que no sabían salir adecuadamente.

La recuperación normal y dolorosa a ratos, normal en la intervención rutinaria, muy molesta en la complementaria. La revisión de la cirujana aplazada y tardía, por la maldita pandemia que lo retrasa todo.

Mi preocupación por la lenta y molesta recuperación me hacía pensar cosas raras; en la visita del hospital comprobaron que era “normal” y que la parte de los quistes tardaría de año a año y medio en ser superado (dada mi edad, y por el boquete que fue necesario).

No tengo claro, en ese momento, que fue que lo me molesto más. Que me recordaran una cosa que sé de sobra, que tengo 70 años; o el tiempo que tengo que seguir con las molestias y los calmantes adecuados.

Lo muy bueno de la época ver lo que me ha ayudado mucho, mi gente, mi familia, en especial mi mujer y en esos momentos, en la distancia, mi nieto y mis hijos. Algunos buenos amigos, mis compañeros de la clase, antiguos colegas, casi olvidados y a mi médico.

Gracias a todos.

jueves, 20 de agosto de 2020

MI GENTE. MI TÍO PERE

 

Mi tío Pedro (el Yeclano para muchos de los que le conocieron) nos dejo en la época oscura de este año, con la tranquilidad de un hombre bueno. Plasmaré alguno de los múltiples recuerdos.

Entre semana en ocasiones, pocas, venía a casa a comer, cuando era miércoles, que viene mi nieto con sus padres. Se daba la coincidencia que eran el mayor y el menor de mi familia (separados por más de 85 años), había una conjunción especial entre ellos. Mi tío dejaba el cayado y la gorra, cuidadosamente en una silla del salón, Al rato el pequeño, con mucha delicadez cogía el garrote y la gorra, se la ponía, y suavecito se acercaba a mi tío, sentado en el sofá, se apoyaba en él, como para solicitar permiso, observar esos segundos maravillosos que sin decir nada, pero con una alegría en sus ojos, se lo decían todo, se entendían y disfrutaban, me llenaba de alegría y está grabado en mi corazón.

Acabada la comida y habiendo hecho una pequeña siestecita en el sofá, que nos ha venido bien a los dos, acompaño a mi tío a su casa, con par de descansitos, los dos besitos de rigor cuando nos despedimos, y a casa.

Un día feliz.

 

Es otras ocasiones hemos compartido algún viaje en autobús a comer gambas, con el Club, en unas mesas largas, generalmente una por autobús. Bastantes mesas, un día conté 12, ya que coincidimos comensales de varias localidades.

Me preguntaban por él, con mucho cariño y admiración. Había sido su capataz en diversos trabajos agrícolas. Según me comentaban les había enseñado mucho y tratado bien. Era una persona amable, callada pero efectiva para ellos y para el trabajo. Con múltiples anécdotas en días de sol o de lluvia.

Después de estas comidas hay baile. A mi tío y a mí  no nos ilusiona, buscábamos un sofá cerca para descansar y reposar la comida, siestecita incluida.

La vuelta en autobús, lo acompañamos a su casa y fin del día.

Completo por un bienestar compartido.