Entre ayer y hoy, hemos soportado el viento (aire en movimiento), ese que, a muchos nos da un dolor de cabeza físico, apto para los fabricantes farmacéuticos.
A ciertos árboles como el limonero, lo agita.
A otros mas altos, acostumbrados por su flexibilidad, parece que se mecen.
Y los que están resguardados simplemente esperan el paso del vendaval. Como es el caso de la Solandra Máxima.
Cada cual puede hacer lo que considere oportuno y cambiar de opinión en cualquier momento. Es nuestra elección.
Ya sabéis, elegir adecuadamente, adaptándose al momento, eso sí, manteniendo la ética.
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